Escucha sus frescas palabras bañadas en preocupación,
amores no correspondidos hacen llorar su pena,
la observa con deseos de adueñarse de su alma,
de llevarla al bello paisaje donde abundan los besos dormidos.

Ella lo abraza mientras sus débiles lágrimas caen en sus hombros,
puede sentir su frágil latido acariciando su pecho.
No quiere soltarla no la entregará nuevamente al acecho de heridas absurdas,
quiere ser su refugio,
no existen en él los requisitos que impone este amor.

Todo pasará susurra relojeando sus grandes ojos verdes,
las tristezas serán vencidas en cada madrugada,
el sol saldrá a tu encuentro trayendo calor a tu alma,
no te vestirás más de sufrimiento, solo quedan noches de gala.

Ella deposita un enternecedor beso en su mejilla,
apretando sus manos que navegan en mares de adrenalina,
agradece las bondadosas palabras que alivian tormentos.
Mientras emprende su camino a la vida,
bendice la maldita amistad que pone barrera a sus sueños.

El turno del dolor y lágrimas de sangre es suyo,
el horizonte ya en su color más oscuro
le entrega la pena, la angustia.
Pasará el impredecible tiempo para dilucidar el futuro,
quizás encuentre regocijo en su pecho,
quizás algún día sea suya.


El Ser Bohemio
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Arde el segundo que te pronuncia,

el abrazo del reecuentro,

la sabia palabra que quebró hielos.


Arden las ideas que asesinan compañías,

que buscan quebrantar la unión armónica y profunda.

Arde la mirada del que busca lo ajeno,

arde el sentimiento que alejaba las almas al abismo.


Arde el camino en el cual te marchaste,

el portazo que cerro sueños y adulaciones.

Arde el instinto asesino y descarado,

los minutos que no me encontraban a tu lado.

Arde el bandoneón que gritaba tristezas,

las cartas que nunca se escribieron, ni se entregan.

Arden las broncas,

la herida que derrama resentimientos impuros.


Arde el mísero y sádico infierno,

arde la noche sin compañía,

Tú estás aquí, todo arde.

Y yo inundado en tu fuego,

que abraza y eleva mi alma.



El Ser Bohemio

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Me diste el agua que colmo mis rios y lleno mis mares,
tu miel que deja caminos endulzando sueños,
me diste el norte de aquel problema de nombre martirio,
tu cintura moldeada de fuego y calor.

Me diste cimientos forjados en valores,
la mirada eterna de un buen porvenir,
regalando soles con tus pasos firmes
y tu aroma eterna impregnada en mí.

Me diste tiempo de besos furtivos,
de hambre de goce y enorme pasión,
acaricio el mapa de tu piel sensible,
tu pecho que solo entiende de amor.

Me diste infinitos,
estrellas fugaces,
la noche que siembra a su paso amor,
me diste el espacio en que mi alma es grande,
donde puedo amarte y entregarme a vos.


El Ser Bohemio

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Historias que entrecruzan sus caminos,
soledades en compañía de extraños del ocaso,
Besos que simulan amores verdaderos
y caricias que consuelan esa pérdida que aturde.

Encuentros con sonrisas cómplices de heridas,
Promesas inconclusas se entregan cada noche,
proyectando un futuro que imparte barreras,
mintiéndole al alma que busca respuestas.

Historias que entrecruzan sus senderos,
amaneceres anestesiados de fieles pensamientos,
desayunos vacíos de puras entregas,
miradas que evaden la complicidad ajena.

Historias que entrecruzan momentos,
El y Ella emprenderán su regreso,
dejando castillos de cimientos macabros,
desmoronando trucos de magia perdida,
devolviendo besos ya sin garantías,
despertando al mundo ante un nuevo día.


El Ser Bohemio