Iba con sus sueños acuesta,
tratando de alcanzar lo eternamente deseado,
la nostalgia y melancolía la acompañaron siempre.
El pesimismo solía hablarle al oído como quién es amigo,
ella solo estaba envuelta en soledad.

Un día, esos que guiñan el ojo.
Llego el mayor de los regalos,
el vino añejo a su copa.
Pudo sentir el regocijo que empapaba tímidamente su cuerpo
y experimento la realización de quién a pesar de las caídas
sabe que la vida da revancha, saltando capturó su sueño.


El Ser Bohemio
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5 comentarios:

  1. que saltando todos capturemos nuestros sueños. la vida siempre da la revancha, ¿NO?

    Un saludo.

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  2. con el tiempo todo llega solo hay que alimentarlo a base de esperanza e ilusión hasta que llegue ese momento. un besin de esta asturiana

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  3. guay!!! te sigo!!! =) es excelente...

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  4. los días que guiñan un ojo, sin lugar a dudas, no tienen precio.

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  5. Solo es cuestión de no caer vencidos y no dejar de perseguirlos…

    Hermoso amigo…

    Muackss!!

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